miércoles, 25 de abril de 2012

Fantraduciendo el fandom.

 

Hoy vengo a hablaros de algo un poco distinto. Para empezar comencemos con un concepto:

El fanfiction.

Supongo que la mayoría no sabréis lo que es un fanfiction (o, como se llama habitualmente, fanfic o fic). Os explico, citando de nuestra amiga la wikipedia:

«El término fanfiction hace referencia a relatos de ficción escritos por fans de una película, novela, programa de televisión, videojuego, anime o cualquier otra obra literaria o dramática. En estos relatos se utilizan los personajes, situaciones y ambientes descritos en la historia original o de creación propia del autor de fanfic, y se desarrollan nuevos papeles para estos. El término fanfiction hace referencia tanto al conjunto de todos estos relatos como a uno en concreto, según el contexto. Otras formas de crear ficción derivativa son el fanart, fanfilm, el fandom en general y las webseries. El fanfic en forma de cómics basados en algún manga o anime se llama dôjinshi y constituye un mundo aparte.»

050310_080957-94_041209_193503-1803_draco_hermione  (Ejemplo de fanart)

Y ahora un poco de historia:

«Antes de 1965, el término fanfiction era usado entre los fans de la ciencia ficción para referirse a escritos hechos por fans publicados en fanzines, a diferencia de los escritos publicados profesionalmente. Este uso está ahora obsoleto.

La idea de retomar el universo creativo de una obra ajena (personajes, reglas del universo ficcional, tramas principales) y desarrollarlas más allá del original es algo tan antiguo como la propia literatura. Así, la literatura clásica está plagada de continuaciones y adaptaciones, tales como las sagas homéricas (basadas en la Odisea y la Ilíada) o las revisiones del mito de Edipo por parte de Eurípides, Sófocles y Esquilo.

En la literatura moderna, las continuaciones apócrifas de obras de éxito abundan. Por ejemplo, tanto el Lazarillo como el Quijote tuvieron continuaciones anónimas, al igual que, más tarde, sucedería con Alicia en el País de las Maravillas o con las historias de Sherlock Holmes. Sin embargo, a diferencia de las fanficciones contemporáneas, en estos casos los continuadores eran autores con pretensiones artísticas o económicas, de las que carecen la mayor parte de los autores de fanfictions actuales.

En su forma actual, es decir, como historia generalmente breve escrita por un fan y no por un escritor profesional, los fanfictions son un fenómeno propio del siglo XX. Las primeras que se produjeron, retomando el universo de la serie de televisión Star Trek, fueron publicados en fanzines como Spokanalia. El abaratamiento de los costos de impresión, y sobre todo la aparición de Internet supusieron un gran avance para las fanficciones.»

Como podemos ver el fanfic no es una cosa nueva, ni muchísimo menos, pero es un fenómeno que con internet ha alcanzado unas cuotas asombrosas. Para que os hagáis una idea en www.fanfiction.net, una de las webs más populares, hay 590.409 fanfics de Harry Potter, 46,802 de El señor de los anillos y 28.204 de La guerra de las galaxias. La opinión de los autores es bastante variable. JK Rowling solo pide que no haya abusos a menores, George RR Martin dice que no le hacen mucha gracia y Anne Rice los prohíbe totalmente, hasta el punto de que sus libros no tienen sección en la web mencionada anteriormente. ¿Tendrá miedo de que alguien destroce sus historias? ¿O de que escriba mejor que ella?

Un aspecto curioso del fandom es que se ha creado todo un vocabulario al respecto como es shipping («es un vocablo que define en general la implicación emocional o intelectual de los fans en un romance dado dentro del contexto de una obra de ficción, con personajes de ésta». Ahora se ha extendido a más aspectos pero originalmente se usaba sobre todo en fics), ficker (autor de fics), etc. También es curiosa la costumbre, para definir un shipping concreto, de unir en uno los dos nombres de los personajes. Algunos ejemplos: Dramione para Draco y Hermione de Harry Potter o Sansan (mátame, camión por la combinación de nombres, digo) para Sansa y Sandor de Canción de hielo y fuego.

Creo que los fics son una excelente oportunidad para los autores noveles porque te dan la opción de contar una historia sin tener que crear todo el universo que la rodea. De hecho hay algunos escritores que reconocen haber empezado así como es el caso de Cassandra Clare. Además, dan la oportunidad a los fans de contar historias que se quedaron con ganas de leer. Aunque sea un género bastante desconocido hay autoras (la verdad es que en general son mujeres) que escriben muy bien como son: Holofernes, truchita, Iremione o Dryadeh; por si queréis echar un vistazo.

Llegué al fanfic hace mucho tiempo a través de una versión alternativa del quinto libro de Harry Potter (es decir allá por el año de la tana) bastante mala, por cierto. Estaba familiarizada con el concepto porque mi madre, gran friki antes de que se acuñara al término, tiene novelas que continúan La guerra de las galaxias. Al principio lo hacía por una curiosidad casi morbosa pero luego fui rebuscando para encontrar cosas de buena calidad (un foro muy interesante para esto es: http://buenosfics.crearforo.com/index.php), lo utilizaba para leer en otros idiomas y practicar e incluso he llegado a escribir los míos propios.

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Supongo que a estas alturas os estaréis preguntando: ¿qué hace un tema como tú en un blog como este? Pues veréis, siempre he oído hablar de los fansubs como opción para los principiantes que quieran empezar en el mundo de los subítulos y se me ha ocurrido: ¿y si tuviéramos una opción con la literaria que sea legal? Digo lo de legal porque sí, se puede descargar un libro en inglés que no esté traducido y traducirlo, pero ya entramos en un tema chungo. Además, dejando de lado la ilegalidad, los fanfics suponen pedirle permiso al autor, puedes contactar con él en caso de que te surjan dudas en algún momentos, sabes que hay posibilidades de que el autor le eche un vistazo, etc. Es decir, que te aportan una serie de cosas muy interesantes que no puede aportarte traducir un libro «oficial».

Aunque originalmente la mayoría de los fics solo se podían encontrar en el idioma en el que estaban escritos cada vez encontramos más traducciones de fanfics, sobre todo de aquellos cuyos autores tienen un cierto reconocimiento en el mundillo. Algunos ejemplos:

Dryadeh. Una autora con 87 historias en su haber y que ya ha visto dos de sus títulos traducidos. Uno al francés, Lija y terciopelo traducido como Velours et papier de verre (aunque la dejaron de publicar en el capítulo seis), y otro al portugués, Ella traducido como Ela. No puedo dar mi opinión de la traducción al portugués, pero he mirado por encima la francesa y es bastante correcta.

Kayly silverstor. Este es un caso curioso porque, según su perfil, la escritora es alemana pero escribe las historias en inglés. Su fic de Harry Potter When a lioness fight, que cuenta con 80 capítulos pero está sin terminar, ha sido traducido a, nada más y nada menos, que cuatro idiomas:

Español – http://www.fanfiction.net/u/687745/yoohoo Esta traducción no es demasiado buena, abusa de los sujetos y no utiliza las reglas de diálogo españolas.

Holandés – http://www.fanfiction.net/u/1515246/Miss_Lyra En este caso no puedo dar mi opinión sobre la traducción porque mi holandés se limita a Louizalaan y nombres de estaciones de tranvía (es lo que tiene hacer un Erasmus en Bruselas).

Alemán – http://www.fanfiction.net/u/1362478/wati Si mi holandés es escaso de mi alemán ya, ni hablamos.

Francés – http://www.fanfiction.net/u/872539/Lanassa_Ayla Nuevamente la traducción al francés es de lo más correcta.

En todos los casos nos encontramos con que es la única traducción que realizan las autoras, que tampoco tienen historias propias publicadas. Además, ninguna de ellas ha traducido todos los capítulos publicados.

También tenemos el caso de Meletea que, además de sus historias propias (12), ha traducido cuatro fics de otras autoras: Obvious y Apologize de swim0angel0belle, The Price of Love y Behind Closed Doors de RogueSugah.

El problema de los fanfics y sus traducciones, como de todo lo que se publica en internet, es que lo bueno se mezcla con lo malo porque no hay ninguna clase de criba pero dentro de ambos campos podemos encontrar cosas muy buenas y puede ser una excelente oportunidad de adquirir práctica de traducción para alguien que está empezando y al que le apetece traducir algo distinto a los textos habituales de clase.

¿Qué os parece? ¿Creéis que la traducción del fandom tiene algo que aportar a los futuros, o presentes, traductores?

jueves, 9 de febrero de 2012

Keep on track, babe!

 

El viernes pasado fui a las II Jornadas de transición al inicio de la traducción. No es que ahora lo vea toda de color rosa, pero al menos tengo algunas ideas sobre qué camino seguir. Así que estoy de humor para escribir una entrada con algo de positivismo, aunque tampoco nos pasemos que después de todo sigo siendo yo.

El otro día, mi amigo Juanjo me preguntó si sabía que empezar a trabajar iba a ser tan difícil y, sobre todo, que íbamos a depender tanto de encontrar nuestros propios clientes. De primeras le dije que sí, pero después de reflexionarlo ya no lo tenía tan claro. A lo mejor es simplemente que sabía que iba a ser duro pero no es lo mismo saberlo que vivirlo. También es cierto que soy una persona muy inquieta. Estoy acostumbrada a tener muchas cosas que hacer y esa idea de enviar CV, aunque sea regularmente, y esperar a que alguien te diga algo, me resulta agotadora. Además, llevo oyendo desde el principio que ha sido mala época por ya sabéis qué.

crisis

Efectivamente, no vamos a mencionar la palabra con «c». No sólo no la voy a mencionar yo, sino que, si decidís comentar, os pido que por favor que no la mencionéis vosotros. Para que os hagáis una idea del plan quiero recordaros o, si no la conocéis, presentaros un trozo de una canción de John Walker – Walk on the Ocean que dice así: And somebody told me that this is the place where everything's better and everything's safe. Vamos a fingir que éste es un sitio seguro en el que esa palabra no existe. Un poco rollo terapia de grupo. Si me conocéis probablemente pensaréis que me he dado un golpe en la cabeza. Podría ser. Pero lo cierto es que desde hace un tiempo estoy cansada de oír lo mal que va todo. No digo que las cosas sean fáciles pero repetir lo difícil que es no va a hacer que las cosas mejoren, sino todo lo contario.

Curiosamente, el otro día Patrick Martínez  en su conferencia dijo que a nuestro campo no había llegado ese problema. ¿Es verdad? ¿No lo es? Pues la verdad es que no lo sé porque como no he intentado establecerme anteriormente, no tengo nada con lo que comparar.

Lo que sí sé es que en diciembre fui a ver al jefe de la empresa para la que trabajé un par de meses, de septiembre a noviembre, traduciendo para festivales y haciendo sincronización en sala. Me dijo que estaban un poco agobiados con los recortes en cultura. Después de todo, su trabajo gira en torno a los festivales y muchos dependen bastante de las ayudas gubernamentales. Y aquí es donde empieza el peligro. Y diréis: ¿qué peligro? ¿Qué dice la loca esta? Os lo explico. Los festivales de cine, teniendo en cuenta que muchos de ellos llevan más de cuarenta años, no van a desaparecer. Lo que sí puede pasar es que intenten reducir el número de subtituladores y, teniendo en cuenta que he llegado la última, os hacéis una idea de quién va a quedarse en casa si se reduce la plantilla, ¿verdad? Y aquí es cuando aparece esa personita. Esa personita que es egoísta y que empieza con cosas pequeñas como: a lo mejor esa chica que es profesora tiene plaza desde septiembre y no va a San Sebastián – que en principio no es un mal pensamiento porque le estoy dando trabajo a la muchacha.  Pero claro, luego la cosa evoluciona a: con un poco de suerte a las que vienen de fuera les viene mal y no vienen este año. En resumen, que me estoy creando un mal karma que me va a costar deshacerme de él unas seis vidas. Y además no sé quién es esa persona, no la conozco y no me gusta. Esa persona no soy yo.

Así que escribo esta entrada porque quiero dejar eso atrás. Quiero aprovechar ese subidón de energía de las jornadas para tomármelo con más positivismo y quejarme un poco menos, que me quejo mucho, lo sé. Sé que no me va a ser fácil porque no es mi estilo y no prometo nada porque también sé que en una semana puede que se me haya olvidado esta promesa, pero puedo prometer y prometo que lo voy a intentar que es gratis.

flower-power

Hay que recordar que se recoge lo que se siembra. Y que, aunque cueste, si trabajas y te esfuerzas, al final conseguirás lo que quieres. Porque la suerte no existe. Mi padre siempre dice que la gente llama suerte a lo que en realidad es trabajo. Y una cosa que me parece muy importante: el trabajo permanece. La suerte puede abandonarnos, pero el trabajo siempre estará con nosotros.´

Otra cosa que también quiero resaltar es que seamos buenos compañeros. Hay que tener ética. No puede uno ir por el mundo pisando a los demás. No robéis clientes, si conseguís uno porque ofrecéis mejores servicios está muy bien, pero no critiquéis a otro traductor para quedaros con un cliente suyo. A lo mejor a algunos eso de la ética de la traducción les parece una tontería ya que, además, parece estar surgiendo un importante movimiento de gente que vende la idea de que la actitud lo es todo y que lo demás no importa. Pero sí importa. Porque puede que no hoy o puede que no mañana, pero tal vez dentro de cinco años tengáis la posibilidad de un proyecto importante que dependa de alguien a quien hicisteis la puñeta y ese día os vais a enterar de lo que vale un peine.

Así que aunque estemos cansados, tengamos ganas de rendirnos y cabrearnos porque todo el mundo trabaja (algunos con métodos que nos parecen del todo inadecuados o cuya calidad como traductores ponemos en duda) hay que seguir adelante porque recordad: hacia atrás, ni para coger impulso.

domingo, 29 de enero de 2012

Mastereando que es gerundio.

 

Creo que cuando pienso en un máster lo primero que me viene a la cabeza es esa broma de: “¿Qué narices habrá estudiado He-Man para tener un máster del universo?” Bromas aparte, corría la primavera del 2010 y yo aún estaba en la carrera. Una tarde estábamos sentados en las escaleras del aulario de la facultad de letras hablando de lo que íbamos a hacer al acabar.

mula.tamboristas en la universidad 26-4-10 640x480En ese momento mi compañero Rubén mencionó que había visto un máster de literaria muy interesante en Valencia. En aquella época yo estaba en una situación sentimental complicada y me apetecía una excusa para largarme de Murcia, la verdad. Empecé a buscar información y el máster pintaba de lo más interesante. Más adelante le pregunté a mi profesor de Traducción especializada Lengua C: inglés, Juan José Martínez Sierra (además fue el padrino de graduación y dio un magnífico discurso pero esa es otra historia) que también imparte Traducción audiovisual (Lengua B: inglés), si conocía el máster, puesto que tenía contenido audiovisual. Me dijo que no sabía mucho sobre el máster en cuestión pero me remitió a una compañera suya que lo había cursado: Irene de Higes Andino a la que agradezco muchísimo sus consejos y su rapidez al contestarme. Ella me explicó que lo recomendaba especialmente si te interesaba la traducción literaria si no, no. Claro que también es verdad que estudió en Castellón donde se estudia mucho audiovisual. También me aconsejó la asignatura de Traducción teatral y poética y no puedo estar más agradecida porque, probablemente, ha sido mi asignatura favorita del máster.

Luego llegó la elección de la segunda lengua. En este apartado tengo algunos comentarios. A ver, yo opté por intentar entrar por inglés precisamente porque había hecho la carrera con francés como primera lengua. Después de entregar todos los papeles me llamó una de las secretarias diciéndome que tenía que elegir idioma y de primeras dije que inglés. Pues bien, la buena mujer estuvo diciéndome todas las razones por las que no me iban a coger por inglés y que hacía mucho mejor eligiendo francés. Total que al final me convenció. Después me llegó un email para confirmar el itinerario, ahí mi padre, menos mal, me dijo que enviara inglés que lo que hubiera dicho por teléfono no era vinculante y que si no me cogían por inglés, siendo realistas, era muy poco probable que no quedaran plazas por francés, así que eso hice. Después de entrar en el máster creo que a los que hicimos francés en la carrera nos presionan tanto con ese itinerario porque tienen mucha gente que sólo sabe inglés, entonces quieren meternos en francés para que dejemos hueco libre en inglés (sobre todo porque somos de traducción con lo que, en principio, tenemos preferencia).

Se suponía que a primeros de septiembre salía la lista de admitidos de aquellos que enviamos la solicitud en julio pero como esto es Valencia toda la lista estaba seleccionada para esperar a la siguiente fecha, finales de septiembre. No es por malmeter pero creo que a algunos no les apetecía hacer dos reuniones de admisión el mismo mes. Finalmente, en esa segunda lista sí que entré por inglés además.

A la hora de matricularme ya observé que la oferta de asignaturas no tenía nada que ver con lo que era la idea original:

Optativas ofertadas

Optativas reales

Traducción de otros géneros literarios y audiovisuales (inglés/francés/alemán/italiano).

Traducción de otros géneros literarios y audiovisuales (inglés).

Traducción de documentales (inglés/francés/alemán/italiano)

Traducción de documentales (italiano)

Traducción teatral y poética (inglés/francés/alemán/italiano)

Traducción teatral y poética (inglés/francés)

Traducción de cómic y videojuegos (inglés/francés/alemán/italiano)

 

Escritura de guiones (inglés/francés/alemán/italiano)

 

Literatura y cine (inglés/francés/alemán)

Literatura y cine (inglés/francés)

Traducción audiovisual y accesibilidad (inglés/francés/alemán/italiano)

 

Como veis la oferta inicial de optativas no tiene nada que ver con la oferta real. Para empezar de alemán no hay ninguna. De italiano sólo hay una que, de hecho, sólo se imparte en esa lengua. Además, los de inglés no podemos coger optativas de francés y viceversa por incompatibilidad de horarios (esto es relativamente comprensible). Yo comprendo que hay circunstancias externas que hay que tener en cuenta como el dinero, el profesorado y el número de alumnos pero también es cierto que si hay optativas que no has ofertado ninguno de los años que has impartido el máster no las sigas poniendo.

No me voy a enrollar hablando de asignaturas concretas porque mi amiga/compañera de piso/compañera de máster América Garoña Pina ha hecho en su blog no una sino dos entradas al respecto. Así que para las asignaturas que tenemos en común (todas salvo que ella hizo Traducción de otros géneros audiovisuales y literarios y yo, Traducción teatral y poética) os remito a su entrada: A grandes rasgos: Máster de Traducción Creativa y Humanística.

De las optativas sólo diré que si volviera a hacerlo no haría Literatura y cine porque considero que, aunque no está mal, no me ha aportado demasiado a nivel de formación. En cambio, la que sí recomiendo encarecidamente es Traducción teatral y poética. Tanto Pilar Ezpeleta (teatral) como Josep Marco (poética) son unos magníficos profesionales que, además, se nota que disfrutan muchísimo con su especialidad. También es que es una asignatura que no había cursado anteriormente porque teatral y poética no se contemplan en la única asignatura de traducción literaria de la Universidad de Murcia. Creo que sólo por esta asignatura el máster ha merecido la pena.

Otra cosa que necesito comentar es el hecho de que yo opté por realizar dos itinerarios a la vez: investigación y profesional. Sabía desde el principio que iba a ser difícil. Bueno, los profesores no es que me dijeran que iba a ser difícil, directamente me dijeron que era imposible. Menos mal que a mí a cabezona no me gana nadie y continué. Y sí me saqué los dos itinerarios. Con mucho trabajo pero lo hice.

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Itinerario investigador. En este itinerario tienes que hacer una serie de cursos extra además del trabajo final. Uno de los problemas que encontramos es que los profesores estaban un poco perdidos. Sabían que teníamos que hacer un trabajo fin de máster pero no acababan de saber explicarnos la diferencia entre la tesis y el trabajo de máster. Respecto al tutor me costó bastante elegirlo y, la verdad, prefiero no hablar de él porque no me resultó de gran ayuda y no estoy demasiado contenta. Pero bueno al final hice mi trabajo de un tema que me encanta y del que pienso hacer tesis así que no me puedo quejar.

 

Itinerario profesional. La oferta de prácticas del máster es bastante deficiente. En mi humilde opinión, creo que la empresa en la que yo las hice es la mejor de todas: Subtitulam. Creo que las prácticas en esta empresa son de lo más recomendable puesto que todo lo que se hace son experiencias reales de trabajo y no haces tareas que no son de tu competencia. Mi tutor me prestaba la atención necesaria y la gente que trabaja allí es de lo más amable y me ofreció su ayuda por si tenía dudas en todo momento. Resumiendo, os diré que durante la época de festivales que es cuando necesitan gente externa me llamaron así que como veis la satisfacción es mutua.

Otro aspecto que quiero criticar es el hecho de las fechas de entrega y, en general, condiciones para los trabajos. Por ejemplo, yo entregué agobiadísima (porque mi tutor brillaba por su ausencia) el trabajo de investigación el 15 de octubre porque era el último plazo y luego averigüé que había gente que había pedido prórroga y se la habían concedido. Además en la asignatura de Subtitulación el profesor dijo que el trabajo final, análisis de los subtítulos de una película, debía hacerse partiendo de subtítulos comercializados pero algunos compañeros lo hicieron sobre películas que no habían salido en DVD y a cuyos subtítulos no tenían acceso.

En resumen, me cuesta decidir si recomendaría o no el máster. A pesar de que pueda parecer que he criticado muchas cosas lo cierto es que en muchas asignaturas he aprendido. Por ejemplo, yo hice traducción audiovisual de Erasmus y la que hice no tenía nada que ver con el tema por lo que para mí el máster estuvo muy bien porque aprendí de verdad doblaje y subtitulación. Si os estáis planteando estudiar este máster deberías consultar las asignaturas del máster y según la oferta que os diera vuestra propia facultad os interesará más o menos. Tengo que decir, también que, supongo que por culpa de la crisis y de que hay que llenar el cupo, asiste gente proveniente de licenciaturas muy diversas, algunas de ellas sin relación con los idiomas, ni siquiera con el español, por lo que el ritmo de trabajo en clase no es el mismo que si todo el mundo fuera de traducción.

En mi valoración también hay que tener en cuenta que yo he trabajado, aunque sea temporalmente, con la empresa en la que hice las prácticas por lo que eso también es positivo. Y luego está el aspecto humano-social. He hecho amigas estupendas tanto dentro del máster (América, Aida y Maya, ¡va por vosotras!), como fuera (mis compañeras de piso Erasmus italianas con las que me llevé superbién y que me permitieron vivir un Erasmus a la española que, lo siento, pero es el mejor que existe). Vamos, que a grandes rasgos puedo decir que ha sido una gran experiencia, a pesar de ciertos aspectos, ya que me ha aportado muchas cosas que no me gustaría haberme perdido.

jueves, 19 de enero de 2012

Traductores con “L”.

 

Después de mucho pensarlo he decidido hacerme un blog. No estoy segura de que con todos los que hay tenga algo nuevo que aportar pero bueno, nunca se sabe.

Como primera entrada me gustaría hablar de algo que puede parecer un poco tonto pero que yo me he planteado a menudo: ¿cuándo se llama uno mismo traductor?

Para explicaros mejor a qué me refiero voy a hablar, brevemente, de mi historial académico/profesional. Estudié traducción en Murcia en la promoción 2006-2010. Aquí es donde por primera vez me hago la que llamaremos la pregunta. Cuando conocía a alguien nuevo y decía que había terminado la carrera me preguntaban: ¿qué eres? Y yo pensaba: ¿tengo ya “derecho” a decir que soy traductora? Al menos podemos decir que tengo la “L traductológica” pero siguiendo ese paralelismo también tardé mucho en considerarme conductora (a veces aún dudo pero esa es otra historia que no viene al caso). l

Como comprenderéis aunque a veces me lo planteara tampoco era algo que me quitara el sueño. Total, que continúo con mi vida y en el curso 2010-2011 (es decir el año pasado) hice un máster en Valencia. Cuando conozco a gente ajena al máster volvemos a lo mismo. Ya tengo el título se supone que puedo decir que soy traductora, pero sigo formándome y trabajar, excepto un par de cosillas puntuales, no he trabajado.

Durante el máster cursé doble itinerario investigador y profesional, porque yo lo valgo, y las prácticas las hice en Subtitulam. Y la verdad sólo puedo decir cosas buenas de ellos.

Después llega el verano, envío CV a todas las agencias que se me ocurren de las que, por supuesto, no recibo noticia y me dedico a escribir mi trabajo de investigación. En septiembre, con la excusa de una duda con respecto a la memoria de prácticas, llamé a mi tutor de prácticas y le dejé caer que estaba disponible así sutilmente en plan si tienes cualquier cosa avísame, en serio, cualquier cosa (como veis en cuestión laboral soy una chica fácil). Hay que decir que la cosa funcionó y empecé a trabajar sincronizando en festivales y subtitulando en casa, pero esa es otra historia que ya contaré.

A estas alturas parece que ya está claro cuando me pregunten ya podré decir soy traductora, ¿verdad? Pues todavía se me hace extraño. Por si fuera poco encima si digo soy traductora me preguntan: ¿y en qué trabajas ahora? Y claro, ahí sí que la hemos liado porque ¿qué dices? Estoy parada, no, porque en realidad no me he dado de alta en el paro así que volvemos a estar en un limbo. Vamos que me han quitado la “L” pero aún no tengo dinero para comprarme el coche así que ya no sé en qué punto estoy.

En resumen, no sé si soy la única paranoica con este tema o la única que tiene tiempo para planteárselo. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Cuándo empezasteis a llamaros a vosotros mismos traductores? ¿Soy la única que se plantea estas cosas?

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